Sanado de problemas digestivos severos

Querido Andrew Wommack Ministerios…
Sólo quiero agradecerte por enseñar la palabra una y otra vez. Hace unos tres años comencé a sangrar cada vez que iba al baño. Me ahorraré los detalles, pero fue un desastre y el miedo me golpeó fuertemente. Fui al médico y quería que me hiciera todo tipo de pruebas y me despejó el camino para que pudiera ir primero, aunque había mucha gente en la cola para las mismas pruebas. Al mismo tiempo, oí que Dios me hablaba, preguntándome cuándo iba a confiar en Él. Así que tenía a Dios por un lado queriendo que le dejara mostrarse fiel a su palabra y al médico y a la enfermera gritándome que me tomara esto en serio. Y era serio y estaba asustada. Pero el Señor quería que empezara a hacer la palabra, no sólo a escucharla. Elegí a Dios. Y la guerra comenzó. Saqué mi Biblia y encontré escrituras que hablaban a mi corazón y empecé a hablar de ellas, gritándolas. Y no hablé de mi enfermedad con nadie. Detuve toda entrada que no estuviera de acuerdo con las escrituras y oré en lenguas en todo momento. Escuché a Andrews «Dios te quiere bien» y «Kit de Supervivencia» y las escrituras de sanación que has puesto con música. Y nada parecía cambiar, pero seguí en ello como nos has enseñado. Seguí con ello, y seguí, hasta que un día, unos nueve meses después. Estaba sentada de nuevo en el retrete y, de repente, supe que sabía que sabía. Surgió la fe y dije: «No me importa que me maten y me corten en un millón de pedazos. Cada uno de esos pedazos te seguirá gritando que ¡ESTOY SANO! Simplemente supe que la palabra de Dios es la verdad, no importa lo que parezca en lo natural. Dos semanas después estaba completamente bien. Y he seguido con ello desde entonces. ¡La palabra de Dios funciona siempre! Las enfermedades en mis hijos se han ido, otros síntomas en mi cuerpo se han ido, las quemaduras en mis piernas debido a que se derramó agua caliente sobre mí se han ido, la lista sigue y sigue. Mi relación con Dios es mucho más fuerte y viva. Y me asombra todo lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Todo se trata de Él y de su fidelidad a su impresionante palabra. Pero Él te usó para enseñarme qué y cómo vivir de esta manera. ¡Así que gracias por tu obediencia y fidelidad a lo que Él te ha dado! ¡A Él sea la gloria por siempre, amén!