Sidra de manzana y sidra dura…¿Cuál es la diferencia?
Sidras duras, sidras secas, sidras de manzana, vinagre de sidra de manzana…La palabra sidra se lanza a veces con poca explicación real. La sidra de manzana es estupenda para el desayuno y la sidra dura para después del trabajo. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre estas sidras con alcohol y las que son aptas para el desayuno?
Simplemente, la diferencia entre la sidra de manzana y la sidra dura es el contenido de alcohol (o la falta de él).
La sidra de manzana es un zumo de manzana que no ha sido filtrado y que todavía contiene todos los trozos de manzana, la pulpa y los sedimentos. Es la versión cruda y más pura del zumo de manzana. Para hacer una sidra alcohólica, se añade levadura que convierte el azúcar en alcohol.
Simple, ¿verdad?
La sidra dura es la versión para adultos de la sidra de manzana. Aunque las manzanas y las peras son las frutas más comunes que se utilizan, también se pueden hacer sidras con fresas, melocotones, ciruelas, etc.
Interesantemente, si la sidra de manzana se deja sin pasteurizar y sin refrigerar, la sidra comenzará a fermentar de forma natural y se convertirá en sidra dura.
Los diferentes tipos de sidra dura
Estas sidras duras se pueden hacer en varios estilos, que se diferencian por los niveles de alcohol y azúcar en la sidra.
La sidra seca tiene el menor nivel de azúcar, pero el mayor contenido de alcohol. Todo el azúcar se convierte en alcohol. Por lo tanto, se puede esperar un 0,5% de azúcar residual con hasta un 7% de alcohol. Como nuestra sidra rosada muy seca.
La sidra no seca es ligeramente más dulce que la sidra seca. Tiene alrededor de 1-2% de azúcar residual, lo que crea un sabor más rico también.
Las sidras semidulces son las versiones más dulces. Pueden tener entre un 2% y un 4% de azúcar residual y tienen deliciosos e intensos sabores a manzana.
Estas sidras se elaboran para ser espumosas o tranquilas – ambas ofrecen una experiencia deliciosa.
Disfrutar de la sidra alcohólica
Las sidras duras son una bebida delicada y sabrosa que debe servirse y saborearse correctamente. Aunque no tienen que almacenarse en temperaturas frías, deben servirse a una temperatura fresca para obtener realmente la experiencia completa. Las sidras duras deben disfrutarse como un vaso de vino blanco frío. Hay que dejar que afloren todos los aromas sin congelar todos los sabores. Y al igual que un buen vino tinto, la cristalería es vital. Para disfrutar realmente de todo lo que estas sidras duras pueden ofrecer, es preferible un vaso grande tipo cuenco con tallo.
Entender estas diferencias en los tipos de sidra mejorará su próxima experiencia con cualquiera de estas sidras. Ahora que ha aprendido a distinguirlas, visite nuestra página de sidras para ver qué sidras secas tenemos en nuestras estanterías.