Su bebé de 13 semanas
Hito: Notar las manos y los pies
Es un momento emocionante cuando tu bebé empieza a notar sus propias manos y pies, y todas las cosas mágicas que pueden hacer. Son los «juguetes» perfectos para los niños curiosos que siguen explorando su mundo. Su pequeño se esforzará por agarrar cosas, dar manotazos y hacer todo lo posible por llevarse los dedos a la boca.
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Estos lindos y coloridos bichos serán los nuevos BFF de tu bebé. Los sonajeros se abrochan suavemente alrededor de las muñecas, mientras que los calcetines de los tobillos se deslizan en sus pies, fomentando el movimiento, la estimulación visual y la conciencia continua de su cuerpo tan emocionante.
Los patrones de contraste y los sonidos jingles tendrán su kiddo pateando con alegría-así que asegúrese de obtener unos buenos videos. Mejor aún, los materiales son totalmente seguros para morder, ¡porque eso es inevitable!
La hora del baño
La hora del baño se vuelve mucho más divertida y aún más adorable en esta etapa. Es probable que a tu pequeñín le gusten los juguetes y las burbujas tanto como a ti esos mohines de champú para bebés.
Aunque todavía no es necesario bañar a tu bebé a diario, es un gran complemento para la rutina a la hora de dormir. Su pequeño todavía puede caber en el fregadero de la cocina o podría ser el momento de pasar a una bañera más grande (independiente) que se puede utilizar dentro de su bañera regular.
Aquí hay un resumen de las bañeras favoritas de los padres de Babylist (¡también hay algunas grandes opciones para espacios pequeños aquí!).
¿Qué es el crup?
Cuando tu dulce bebé suena de repente como una foca ladrando, suele ser el signo revelador, o el sonido, del crup. El crup, que suele estar provocado por una infección vírica, provoca la inflamación de las cuerdas vocales y la tráquea, lo que estrecha las vías respiratorias y hace que la respiración sea más difícil y ruidosa. Por eso, el crup puede resultar especialmente aterrador para los bebés y para los padres. Y suele aparecer por la noche (justo lo que necesitas, ¿verdad?). A veces empieza con un resfriado o puede aparecer de repente.
Algunos datos rápidos:
- El crup es más común entre los tres meses y los cinco años.
- El crup es más común en otoño e invierno.
- El crup suele durar menos de una semana y empeora por la noche.
Además de la tos perruna, estos son otros síntomas a los que hay que estar atentos:
- Fiebre
- Estridor (un sonido rasposo y chillón cuando tu bebé respira cuando llora o está activo)
- Voz ronca
La buena noticia es que los casos leves pueden tratarse en casa. Encienda la ducha para que el baño se llene de vapor. Sentarse en la humedad puede ayudar a promover una respiración más clara. A veces, un paseo rápido por el aire frío del exterior (o estar cerca de un humidificador de vapor frío o de un congelador abierto) calmará las vías respiratorias irritadas y facilitará la respiración.
Y hablando de calmar, el crup puede exasperarse cuando tu bebé está llorando y molesto. Así que, por mucho que le cueste relajarse durante los ataques de tos o estridor, calme a su bebé para minimizar el llanto y los síntomas.
En los casos más graves, en los que la respiración es muy dificultosa y podría estar obstruida, llame a su médico o diríjase a urgencias. Según la Academia Americana de Pediatría, si notas que tu bebé tiene estridor mientras descansa, puede ser un signo de crup más grave y querrás buscar atención médica de inmediato.
Los problemas de la vuelta al trabajo
¿Lloras en el baño de la oficina mientras revisas las fotos del bebé en tu teléfono? No estás sola. La vuelta al trabajo supone una gran adaptación y está llena de altibajos emocionales, sobre todo porque ya no eres la misma persona que cuando te fuiste hace unos meses.
Por un lado, estás encantada de ver a tus compañeros de trabajo, contribuir en las reuniones, tomar una taza de café caliente con tranquilidad y sentirte como la «antigua tú» de nuevo. Por otro lado, echas de menos a tu pequeño compañero, puedes sentirte culpable por estar lejos de ellos y triste por no estar ahí para todos los acontecimientos del día a día. Aquí tienes algunos consejos para facilitar la transición, dejar de lado el sentimiento de culpa y hacer frente a la ansiedad por la separación:
Organízate la noche anterior. Si estás dando el pecho, lava las piezas del sacaleches y vuelve a empaquetar la bolsa para no tener que lidiar con ella por la mañana. Prepara el almuerzo y la merienda. Organiza las pertenencias de tu bebé si va a la guardería. Y elige tu ropa para evitar quedarte mirando el armario hasta 30 segundos antes de tener que salir de casa.
Crea una rutina matutina. No hay nada peor que ir corriendo a la oficina con el pelo mojado, el escupitajo en la camisa y el portátil en casa. Pero esos días de calor sí que ocurren. Así que no te preocupes y espera que un buen amigo del trabajo te traiga el café, STAT.
Para evitar sentirte frenética y abrumada por las mañanas, programa una alarma para tener tiempo suficiente para entrar en el día, vestirte y tener una charla con tu bebé antes de salir. Si tienes pareja, podéis organizar un buen flujo para alternar quién está con el bebé y quién se prepara para el trabajo. Consejo: no te pongas la ropa de trabajo hasta justo antes de salir para evitar escupitajos de última hora o explosiones de pañales en tu camisa favorita.
Mantente conectada. Tanto si tienes una niñera como si tu hijo va a la guardería, busca la forma de estar al tanto durante el día mediante mensajes de texto o llamadas rápidas para sentirte involucrada. Algunos monitores para bebés te permiten ver a tu bebé incluso cuando estás en el trabajo.
No añadas presión adicional. Es normal que sientas que tienes que quedarte hasta tarde para demostrar que estás «de vuelta» a tus compañeros de trabajo. Las madres son las personas más eficientes del planeta, así que si has terminado tu trabajo y son las cinco, ¡vete a casa y no te sientas culpable por ello!
Recuerda, se trata de tiempo de calidad. Cuando estés con tu bebé por las mañanas y por las tardes, desconecta del trabajo para estar concentrada al 100% y disfrutar del momento. Y no pierdas de vista el premio: ¡el fin de semana!
Sé amable contigo misma. Lo estás haciendo todo (aunque a veces no lo parezca). No es fácil equilibrarlo todo, así que no te preocupes mientras te adaptas.