Tratamiento de aneurismas cardiovasculares
Un aneurisma es una zona abultada y debilitada en la pared de un vaso sanguíneo, normalmente una arteria. Los aneurismas pueden expandirse como un globo a medida que las paredes de la arteria se vuelven más delgadas. Cuanto más grande es un aneurisma, mayor es el riesgo de rotura (estallido), que puede provocar una hemorragia mortal. Los factores de riesgo de un aneurisma son la edad avanzada, el colesterol alto, el tabaquismo, la diabetes, los antecedentes familiares y la hipertensión arterial.
La localización más habitual de un aneurisma es la aorta, la arteria más grande, que transporta la sangre oxigenada desde el corazón al cuerpo. Los aneurismas aórticos pueden ser torácicos – localizados en el segmento de la aorta en la cavidad torácica, o abdominales – en la parte de la aorta que atraviesa el abdomen.
Un aneurisma también puede localizarse en los vasos sanguíneos del cerebro (aneurisma cerebral). Los aneurismas también pueden desarrollarse en los vasos sanguíneos del cuello, los intestinos, el riñón, el bazo o las piernas.
Cuando se detectan a tiempo, los aneurismas pueden tratarse con cirugía. Una serie de técnicas, entre las que se incluyen procedimientos más nuevos y menos invasivos, pueden detener el crecimiento de los aneurismas, reparar el vaso sanguíneo afectado y, lo que es más importante, evitar la rotura y las hemorragias.