Una red de gran mundo en el TEA: el análisis de la conectividad dinámica refleja un déficit en las conexiones de largo alcance y un exceso de conexiones de corto alcance
En los últimos años, una creciente evidencia ha alimentado la hipótesis de que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición de alteración de la conectividad funcional del cerebro. La gran mayoría de estos estudios empíricos se basan en imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) que tienen una resolución temporal relativamente pobre. Sólo un puñado de estudios ha examinado las redes que surgen de la coherencia dinámica en la resolución de milisegundos y no hay investigaciones de la coherencia en las frecuencias más bajas del espectro de potencia, que recientemente se ha demostrado que refleja las conexiones cortico-corticales de largo alcance. Aquí utilizamos la electroencefalografía (EEG) para evaluar la conectividad cerebral dinámica en el TEA centrándonos en el rango de baja frecuencia (delta). Encontramos que los patrones de conectividad eran distintos en las poblaciones de TEA y de control y reflejaban una doble disociación: Los sujetos con TEA carecían de conexiones de largo alcance, con un déficit más prominente en las conexiones fronto-occipitales. Por el contrario, los individuos con TEA mostraron un aumento de las conexiones de corto alcance en los electrodos fronto-laterales. Este efecto entre categorías mostró una dependencia paramétrica consistente: a medida que aumentaba la gravedad del TEA, la coherencia de corto alcance era más pronunciada y la de largo alcance disminuía. Se han propuesto argumentos teóricos que sostienen que los distintos patrones de conectividad pueden dar lugar a redes con diferente eficiencia en la transmisión de información. Nosotros mostramos que las redes de los sujetos con TEA tienen un menor coeficiente de agrupación, una mayor longitud de ruta característica que los controles -lo que indica que la topología de la red se aleja del comportamiento de mundo pequeño- y una mayor modularidad. En conjunto, estos resultados muestran que la coherencia de la banda delta revela aspectos cualitativos y cuantitativos asociados a la patología del TEA.