Una visión general de las enfermedades de la piel de los anfibios

La piel de los anfibios tiene propiedades estructurales y funciones fisiológicas únicas que hacen que los anfibios sean particularmente sensibles a las perturbaciones ambientales y a las lesiones cutáneas. Esta sensibilidad inherente hace que la piel sea un sitio de evaluación de importancia crítica tanto en el examen clínico como postmortem del paciente anfibio. Muchas de las enfermedades cutáneas de los anfibios descritas pueden atribuirse a factores relacionados con la cría en cautividad. Las lesiones cutáneas, las alteraciones de la calidad del agua (como el pH o el amoníaco) y la exposición a sustancias químicas irritantes son peligros potenciales del entorno de cautividad que pueden provocar irritaciones cutáneas. Además, muchas enfermedades infecciosas de la piel de los anfibios, como el síndrome de la «pata roja», la micobacteriosis y la saprolegniasis, suelen ser secundarias a factores ambientales y requieren la corrección de los fallos subyacentes en la cría para su control. Otras enfermedades de la piel de los anfibios, como la quitridiomicosis y las infecciones sistémicas por iridovirus, aún no están asociadas a cofactores ambientales específicos, pero se han asociado a mortalidades significativas en anfibios cautivos y/o salvajes. Las enfermedades de la piel de los anfibios suelen tener un aspecto macroscópico similar, con hiperemia y decoloración cutánea, pápulas y nódulos cutáneos y ulceración entre las presentaciones más comunes. Esta revisión hace hincapié en las afecciones más frecuentes en la dermatología de los anfibios, así como en las enfermedades recientemente reconocidas, como la quitridiomicosis.