Agentes antiarrítmicos

La Muerte Cardíaca Súbita (MSC) es una de las principales causas de mortalidad en la población adulta de las naciones industrialmente desarrolladas que surge cuando la inestabilidad eléctrica del músculo cardíaco interrumpe el ritmo cardíaco normal. En consecuencia, se desencadenan arritmias ventriculares como la taquicardia (TV) prolongada y la fibrilación (FV), que están fuertemente implicadas en la causa de la MSC. Estas graves arritmias pueden ser provocadas por un infarto agudo de miocardio, en el que casi la mitad de los que mueren lo hacen en la primera hora del evento isquémico. Además, los pacientes que ya están comprometidos por un daño isquémico previo, o la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), también son muy susceptibles de sufrir arritmias graves. En consecuencia, cada año mueren prematuramente en EE.UU. alrededor de 0,5 millones de pacientes debido a una alteración del ritmo cardíaco. La fibrilación auricular (FA) es también un trastorno cardíaco común que se asocia cada vez más con un alto riesgo de eventos tromboembólicos, en particular de accidentes cerebrovasculares. Está claro que las arritmias cardíacas son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad, y se ha realizado una importante labor de investigación para descubrir agentes seguros y eficaces para el tratamiento profiláctico de los grupos de alto riesgo.