Anne Boleyn: ¿Qué dijo realmente?

Hay pocos relatos sobre las últimas palabras de Ana Bolena, pero ¿sabemos lo que realmente dijo?

El 19 de mayo es el aniversario de la ejecución de Ana Bolena. Es un evento que la historia no olvidará pronto. Por mucho que Enrique VIII intentara borrarla de la mente de sus súbditos, su historia sigue siendo una de las más conocidas de la historia inglesa.

A continuación se muestran ejemplos de lo que la gente ha documentado que dijo Ana Bolena justo antes de su muerte. Como notarás la mayorÃa son bastante similares, pero hay uno que se destaca del resto. Usted sabrá inmediatamente a cuál me refiero. Cuando lo leà originalmente me encogà porque creo firmemente que Ana nunca habrÃa pronunciado esas palabras en sus últimos momentos de vida. Al menos no la Ana que yo siento que conozco.

Quizá ya hayas visto todo esto antes, y si es así, te ruego que lo mires bien hoy y te imagines a Ana diciéndolo. Imaginen que están en su lugar ese fatídico día. Era una hija, una hermana, una tÃa… una madre. Creo que es fácil para nosotros olvidar que ella era real, y no un personaje en una pelÃcula o programa de televisión a veces.

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Cita # 1:

Amigos y buen pueblo cristiano, estoy aquà en su presencia para sufrir la muerte, a la que me reconozco juzgado por la Ley; con qué justicia no lo diré, pues no pretendo acusar a nadie. Suplico al Todopoderoso que conserve a su Majestad por mucho tiempo para que reine sobre vosotros; un Príncipe más gentil o más suave nunca osciló el cetro: su bondad y clemencia hacia mí estoy seguro que ha sido especial. Si alguien tiene la intención de hacer un examen inquisitivo de mis acciones, le ruego que juzgue favorablemente de mí, y que no admita precipitadamente ningún engreimiento censurador. Y así me despido del mundo, rogándoles que me encomienden en sus oraciones a Dios. Al Señor encomiendo mi alma. Cristo ten piedad de mi alma, Señor Jesús recibe mi alma… La Historia de los Reinos de Enrique VII, Enrique VIII, Eduardo VI y la Reina María, Francis Bacon, p 80-82

Ejecución de Anne Boleyns por Jan Luyken, c.1664-1712

Cita #2:

Buenas personas cristianas, he venido aquí a morir, porque según la ley, y por la ley soy juzgado a morir, y por lo tanto no hablaré nada contra ella. No he venido aquí a acusar a nadie, ni a hablar nada de lo que se me acusa y condena a muerte, sino que ruego a Dios que salve al Rey y le envíe largo tiempo a reinar sobre vosotros, porque nunca hubo un príncipe más gentil ni más misericordioso, y para mí fue siempre un Señor bueno, gentil y soberano. Y si alguien se entromete en mi causa, le pido que juzgue lo mejor. Y asà me despido del mundo, y de todos vosotros, y deseo de todo corazón que recen por mÃ, Oh Señor ten piedad, a Dios encomiendo mi alma, Jesús recibe mi alma; (repite) - Crónica de Holinshed, p 796-797

Cita #3:

No penséis, buenas gentes, que siento morir, o que he hecho algo para merecer esta muerte. Mi culpa ha sido mi gran orgullo, y el gran crimen que cometí al conseguir que el Rey dejara a mi señora la Reina Catalina por mi causa, y pido a Dios que me perdone por ello. Os digo a todos que todo lo que me han acusado es falso, y que la principal causa de mi muerte es Jane Seymour, ya que yo fui la causa del mal que le ocurrió a mi señora. - La Crónica Española, p 70-71

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Imagen cortesÃa de Showtime's The Tudors

Imagen cortesÃa de Showtime’s The Tudors

Quote #4:

Buen pueblo cristiano, he venido aquí a morir, pues según la ley y por la ley soy juzgado a morir, y por eso no hablaré nada contra ella. No he venido aquí para acusar a nadie, ni para hablar de lo que se me acusa y condena a muerte, sino que ruego a Dios que salve al rey y le envíe un largo reinado sobre vosotros, porque nunca hubo un príncipe más amable ni más misericordioso, y para mí fue siempre un señor bueno, gentil y soberano. Y si alguien quiere inmiscuirse en mi causa, le pido que juzgue lo mejor. Y así me despido del mundo y de todos vosotros, y deseo de corazón que todos recéis por mí. Oh Señor, ten piedad de mí, a Dios encomiendo mi alma. A Cristo encomiendo mi alma, Jesús recibe mi alma… -Crónica de Hall, p 819

Relato de un testigo:

“Fue llevada por el capitán a dicho cadalso, y cuatro jóvenes la siguieron. Ella miró frecuentemente detrás de ella, y cuando subió al cadalso estaba muy agotada y asombrada. Pidió permiso para hablar al pueblo, prometiendo no decir nada más que lo bueno. El capitán le dio permiso, y ella comenzó a elevar sus ojos al Cielo, y a clamar misericordia a Dios y al Rey por la ofensa que habÃa hecho, deseando que el pueblo rezara siempre a Dios por el Rey, ya que era un prÃncipe bueno, gentil, gracioso y amable.â Archivos de Viena, Cartas y Documentos, Extranjeros y Domésticos, Enrique VIII, Volumen 10, enero-junio de 1536. Publicado originalmente por Her Majesty’s Stationery Office, Londres, 1887.

Y asà fue el final de la vida de Ana en la Tierra, pero su historia continúa a través de todos nosotros….