Esta puede ser la tortuga más grande que haya existido

Un caparazón de tortuga de 8 millones de años de antigüedad desenterrado en Venezuela mide casi 2,4 metros de largo, lo que lo convierte en el caparazón de tortuga completo más grande conocido por la ciencia, informó un nuevo estudio.

Este caparazón perteneció a una bestia extinta llamada Stupendemys geographicus, que vivió en el norte de Sudamérica durante la época del Mioceno, que duró de 12 a 5 millones de años.

Stupendemys geographicus pesaba un estimado de 2,500 lbs. (1.145 kilogramos), casi 100 veces el tamaño de su pariente vivo más cercano, la tortuga de río del Amazonas (Peltocephalus dumerilianus), y el doble del tamaño de la tortuga viva más grande, la tortuga laúd marina (Dermochelys coriacea), escribieron los investigadores en el estudio.

Relacionado: Fotos: Estos animales solían ser gigantes

Su impresionante caparazón convierte a esta antigua criatura en «una de las tortugas más grandes, si no la más grande que haya existido», dijo en un comunicado el investigador principal del estudio, Marcelo Sánchez-Villagra, director del Instituto y Museo Paleontológico de la Universidad de Zúrich.

La especie probablemente alcanzó su colosal tamaño gracias a los cálidos humedales y lagos de su hábitat, señaló Sánchez.

Imagen 1 de 6

El investigador principal del estudio, Edwin Cadena, profesor asociado de paleontología de la Universidad del Rosario en Colombia, examina uno de los caparazones de tortuga macho Stupendemys geographicus durante una excavación en 2016.

El investigador principal del estudio, Edwin Cadena, profesor asociado de paleontología de la Universidad del Rosario en Colombia, examina uno de los caparazones de tortuga macho Stupendemys geographicus durante una excavación en 2016. (Crédito de la imagen: Rodolfo Sánchez)

Imagen 2 de 6

Rodolfo Sánchez muestra el caparazón de tortuga del enorme Stupendemys geographicus, que vivió hace unos 8 millones de años en el norte de Sudamérica.

Rodolfo Sánchez muestra el caparazón de tortuga del enorme Stupendemys geographicus, que vivió hace unos 8 millones de años en el norte de Sudamérica. (Crédito de la imagen: Rodolfo Sánchez)

Imagen 3 de 6

El coinvestigador del estudio Rodolfo Sánchez, paleontólogo del Museo Paleontológico de Urumaco, en Venezuela, recoge datos cerca de donde se descubrieron los fósiles.

El coinvestigador del estudio Rodolfo Sánchez, paleontólogo del Museo Paleontológico de Urumaco (Venezuela), recoge datos cerca de donde se descubrieron los fósiles. (Crédito de la imagen: Edwin Cadena)

Imagen 4 de 6

Rodolfo Sánchez (izquierda) y Edwin Cadena (derecha) trabajan juntos para excavar los enormes fósiles de tortuga encontrados en el norte de Venezuela.

Rodolfo Sánchez (izquierda) y Edwin Cadena (derecha) trabajan juntos para excavar los enormes fósiles de tortuga encontrados en el norte de Venezuela. (Crédito de la imagen: Edwin Cadena)

Imagen 5 de 6

Edwin Cadena, Jaime Chirinos

Edwin Cadena, Jaime Chirinos (Crédito de la imagen: Rodolfo Sánchez)

Imagen 6 de 6

El investigador principal del estudio, Edwin Cadena, profesor asociado de paleontología de la Universidad del Rosario en Colombia, examina uno de los caparazones de tortuga macho Stupendemys geographicus durante una excavación en 2016.

El investigador principal del estudio, Edwin Cadena, profesor asociado de paleontología de la Universidad del Rosario en Colombia, examina uno de los caparazones de tortuga macho Stupendemys geographicus durante una excavación en 2016. (Crédito de la imagen: Rodolfo Sánchez)

Los científicos conocen a la colosal S. geographicus desde 1976, pero la nueva investigación descubrió aún más fósiles y secretos sobre esta tortuga poco conocida. Por ejemplo, los grandes caimanes (un tipo de cocodrilo) mordían los caparazones de S. geographicus, y los machos de S. geographicus tenían caparazones con cuernos.

En el estudio se incluyeron caparazones y las primeras mandíbulas inferiores conocidas de estas tortugas, procedentes de una excavación realizada en 1994 en la región de Urumaco, en Venezuela, así como nuevos hallazgos del desierto de La Tatacoa, en Colombia. Después de examinar estos fósiles, los investigadores se dieron cuenta de que las tortugas macho tenían armas únicas, parecidas a cuernos, en la parte delantera de sus caparazones, o caparazón superior.

Estos cuernos probablemente se utilizaban como armas en el combate entre machos, dijeron los investigadores. Un comportamiento combativo similar se observa hoy en día en las tortugas mordedoras (Chelydridae), cuyos machos a menudo luchan entre sí para establecer el dominio en territorios superpuestos, dijeron los investigadores.

Una «cicatriz alargada y profunda en el cuerno izquierdo» de uno de los caparazones de S. geographicus podría ser una marca del combate entre machos, añadieron los investigadores.

Un solitario diente de caimán sobresalía de otro caparazón, lo que sugiere que, aunque estas tortugas eran grandes, los depredadores al acecho todavía las cazaban, dijeron los investigadores.

El estudio fue publicado en línea el miércoles (12 de febrero) en la revista Science Advances.

  • En fotos: El etiquetado de las tortugas marinas bebé
  • Asombroso viaje: La tortuga marina que viaja por el mundo vuelve a casa
  • Galería de imágenes: 25 asombrosas bestias antiguas

Publicado originalmente en Live Science.

Cómo funciona el banner

¿Quieres más ciencia? Suscríbase a nuestra publicación hermana, la revista «How It Works», para conocer las últimas y sorprendentes noticias científicas. (Crédito de la imagen: Future plc)