Cuenta bancaria numerada
Las cuentas bancarias numeradas son cuentas bancarias en las que la identidad del titular se sustituye por un número de varios dígitos que sólo conocen el cliente y determinados banqueros privados. Aunque estas cuentas añaden otra capa de secreto bancario, no son completamente anónimas, ya que el nombre del cliente sigue siendo registrado por el banco y está sujeto a una divulgación limitada y garantizada.
Durante la década de 1910, los banqueros de Suiza crearon cuentas bancarias numeradas para añadir una capa de anonimato para los clientes europeos que buscaban evitar el pago de impuestos de la Primera Guerra Mundial. Con la aprobación de la Ley Bancaria Suiza de 1934, esta práctica proliferó en todo el sector bancario de Suiza. Algunos bancos suizos complementan el número con un nombre en clave, como «Cardinal», «Octopussy» o «Cello», como forma alternativa de identificar al cliente. Sin embargo, para abrir este tipo de cuenta en Suiza, los clientes deben superar un procedimiento de autorización de varias etapas y demostrar al banco el origen lícito de sus activos. Las instituciones bancarias que han adoptado esta práctica en Europa, Asia y América también exigen a los clientes que se sometan a un estricto proceso de verificación y proporcionen la identidad del beneficiario final. El uso de nombres falsos para abrir estas cuentas está prohibido en Suiza, la Unión Europea, Estados Unidos y otros centros financieros extraterritoriales.
Muchos gobiernos de estados soberanos han prohibido el uso de estas cuentas, ya que suelen estar asociadas al deseo del titular de la cuenta de minimizar el escrutinio gubernamental o evitar los impuestos. La mayoría de las normas que regulan el uso de las cuentas bancarias numeradas exigen que el titular firme un documento y se someta a una comprobación de antecedentes que confirme su identidad y su relación con la cuenta. A pesar de la normativa, las cuentas bancarias numeradas son, por su propia naturaleza, más privadas que las cuentas bancarias normales. En Suiza, por ejemplo, los banqueros tienen prohibido revelar si una cuenta está numerada o no a cualquier organismo gubernamental, a menos que se demuestre la existencia de un fraude deliberado, y no simplemente la no declaración de activos para evitar impuestos.