Brown v. Mississippi
Raymond Stuart, un plantador blanco, fue asesinado en el condado de Kemper, Mississippi, el 30 de marzo de 1934. Arthur Ellington, Ed Brown y Henry Shields, tres granjeros negros arrendatarios, fueron arrestados por su asesinato. En el juicio, la principal prueba de la acusación fueron las confesiones de los acusados a los agentes de policía. Sin embargo, durante el juicio, los testigos de la acusación admitieron libremente que los acusados sólo confesaron después de ser sometidos a brutales azotes por parte de los agentes:
«… se hizo desnudar a los acusados y se les tumbó en sillas y se les cortó la espalda con una correa de cuero con hebillas, y el citado ayudante les hizo entender definitivamente que los azotes continuarían a menos que confesaran y hasta que confesaran, y no sólo confesaron, sino que confesaron en todos los detalles exigidos por los presentes; y de esta manera los acusados confesaron el delito, y, a medida que los azotes progresaban y se repetían, cambiaban o ajustaban su confesión en todos los detalles para ajustarse a las exigencias de sus torturadores. Una vez obtenidas las confesiones en la forma y el contenido exactos deseados por la turba, se marcharon con la advertencia de que, si los acusados cambiaban su historia en cualquier momento con respecto a la última declarada, los perpetradores del ultraje les administrarían el mismo tratamiento o uno igualmente efectivo».
Uno de los acusados también había sido sometido a ser colgado por el cuello de un árbol, además de los latigazos. No obstante, las confesiones fueron admitidas como prueba, y fueron la única prueba utilizada en el posterior juicio de un día. Los acusados fueron declarados culpables por un jurado y condenados a la horca. Las condenas fueron confirmadas por el Tribunal Supremo de Mississippi en apelación. En la disidencia del presidente del Tribunal Supremo, Virgil Alexis Griffith, éste escribió que «la transcripción se parece más a las páginas arrancadas de algún relato medieval que a un registro realizado dentro de los límites de una civilización moderna»
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